¿Barista, yo?
Por Roberto Sayas January 28th, 2019

Este artículo está dirigido a la generación de jóvenes que en estos momentos están emigrando a otras latitudes en búsqueda de mejores alternativas que las que ofrece nuestro país, y que ven en el “barismo” una alternativa rápida y viable para obtener ingresos en un país extranjero, “sin morir en el intento”.

Profesión de los jóvenes.

A nivel personal, considero que el barismo en Venezuela, es una de las nuevas profesiones que han adoptado los jóvenes como un oficio alternativo sin tener que pasar por una educación formal, que toma mucho tiempo y dinero, haciendo algo que les “gusta”.

Sin embargo, identifiquemos la palabra “barista”, parafraseando la definición de Wikipedia, su origen se puede encontrar en el idioma italiano, y es una persona especializada en café… para ser un buen barista se necesita mucha experiencia teórica y práctica. Además de conocer los distintos tipos de café, los métodos de extracción, los tipos de tostado, la calidad del agua, su dureza, pH, TDS’s, entre otras cosas, además del funcionamiento de las máquinas de espresso, como cremar la leche sin que se queme, y muchos detalles más, que explicarlos toma mucho más tiempo que los 30 segundos que toma preparar una taza regular de espresso.

La profesión llegó al país en los últimos tiempos, en un afán de los emprendedores locales, que vieron en el café la posibilidad de ofrecer propuestas de valor diferenciadas, rentables y esperanzadoras.

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Ofertas para todos los gustos.

Nuestra ciudad es referente a nivel nacional por la cantidad de propuestas que ofrece a los consumidores, es decir, se encuentran disponibles alternativas de café estilo americano, italiano, francés, árabe, venezolano y/o tradicional, con su pastelería, decoración y servicio. Atrás quedó el cafecito tradicional de termo o el café de panadería, y lo más interesante es que el mercado responde ante las propuestas bien llevadas, donde a las 04:00 pm no encuentras un lugar dónde tomarte un buen café porque todos están llenos.

Inclusive, existen negocios de tradición, como viveros, caucheras, talleres y museos, que han habilitado espacios para una maquina de café espresso, con molino, sistema de filtrado de agua y todo lo necesario. Pareciera que el mercado de café en la región estuviera en expansión, sin embargo, son muchos los retos que los emprendedores locales tienen que afrontar a este respecto, lo que es tema suficiente para escribir otro artículo.

El Barismo una alternativa para salir del país

Intuyendo un poco las reflexiones de nuestra juventud, ante la difícil situación económica, ellos tienen que avocarse al trabajo desde muy temprana edad, prefiriendo éste al estudio y/o la formación universitaria; por lo menos con el oficio de barista pueden ganarse el sustento afuera, en caso de una pronta partida, realizando un trabajo sencillo que requiera poca formación y exigencias…lo que a mi modo de ver, es una verdad a medias.

Si bien es cierto, aprender a operar una máquina de espresso, y cremar la leche para un capuchino es algo sencillo, con unas “horas” de práctica es suficiente. Sin embargo, el Barista, representa la última persona de la cadena de valor del café; antes, el grano ha pasado por las manos del caficultor, el productor, el distribuidor, el tostador y el dueño del negocio. Lo que convierte al Barista en el responsable de saber extraer las mejores propiedades del grano, a fin de enaltecer y justificar el trabajo de todos los que le precedieron.

Por otra parte, a nivel de conocimientos, el grano de café tiene virtudes y defectos; es el barista quien a través de su técnica y conocimientos puede “controlar” que propiedades desea sentir y/o percibir en la taza. Para lograr esto, necesita capacitarse y profesionalizarse.

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Las Escuelas de Barismo

Esto ha motivado que en la ciudad hayan surgido nuevas escuelas de barismo que ofrecen cursos desde Introducción al Barismo hasta Certificaciones Internacionales (SCA); a modo de recomendación, los jóvenes deben buscar y estudiar en las escuelas que estén más organizadas, más profesionalizadas, con buenas instalaciones, y que estén respaldadas por profesionales certificados por la Asociación de Café de Especialidad (SCA, por sus siglas en inglés); ésta es la institución que regula los más altos estándares de calidad para trabajar con el grano en el mundo, y que ofrece una malla curricular que al obtener más de 100 puntos te otorga el título de Cafeólogo o Experto en Café, título válido, reconocido y “buscado” en cualquier parte del mundo. En Venezuela se cuentan con los dedos los que han recibido el título.

Por otra parte, capacitarse y formarse en nuestro país siempre será mucho más económico que en el exterior, razón por la cual en las academias y universidades se observan estudiantes de otros países vecinos que vienen a prepararse aquí. Sin embargo, debido a la situación económica que estamos pasando los jóvenes no tienen los recursos para asumir los gastos de una preparación más organizada, y tienen con contentarse con una formación a medias, que deja más ruido que conocimientos.

Soy de la opinión que el mercado local requiere de buenos profesionales del café, que sepan reconocer las mejores virtudes del grano y llevarlas a la taza, para de esta manera contribuir a elevar la conciencia del consumidor, lo que redundará en mayores beneficios para toda la cadena de valor.

Es nuestro objetivo levantar la cultura del café en el país, y tal vez un día, podamos ofrecer razones para que nuestros jóvenes se queden en su tierra y sigamos siendo un país exportador de petróleo, bellas mujeres y peloteros, y no de baristas, como ha sucedido en los últimos tiempos.

Roberto Sayas.

Barista, Roasting & Brewing SCAE Certified.